Fue un buen encuentro

Riiing…
Jesús:
– Che Kana, ¿mañana venís a estudiar Análisis 1 a casa? Acordate de traerte las milanesas así cocinamos al mediodía y le damos al estudio hasta la noche.

Riiing otra vez…
Martín:
– Che pelotudo, ¿vas a rendir lo mismo que yo en febrero? Vos sabés lo que me cuesta estudiar solo.

Así fueron muchos de mis veranos estudiando en la UTN (¡maldita fuckultad!).
El viernes pasado, unos cinco años después de la última vez que nos vimos en Santa Fe, los tres rememoramos esas épocas de estoico estudio con 40 grados de temperatura a la sombra. El verano santafesino nos castigaba con implacable calor ante nuestra irreverencia de estudiar (por necesidad) y no de vegetar como hacen la mayoría de los santafesinos en el verano. Actitud muy normal teniendo en cuenta que semejante clima puede doblegar hasta al más resistente. Todo estudiante santafesino conoce bien esta situación.

Pero nosotros, sin aire acondicionado, tereré de por medio y un ventilador de la abuela, estudiábamos con las ventanas cerradas para que no entre el calor, a la penumbra y con las gotas de transpiración que nacían del cuero cabelludo y caían sobre las hojas de ejercicios.
Después de rendir el examen vendría un merecido brindis (aprobáramos o no) en algún kiosquito, estación de servicio o tugurio improvisado donde se vendiera cerveza.

Y así fueron todos (o casi) todos nuestros veranos en la UTN, casi siempre con los mismos compañeros: El Negro, el pelotudo (a.k.a Martín) y Jesús.

Varios años después, las condiciones y situaciones nos llevaron por diferentes caminos y de vez en cuando, de forma esporádica se nos vuelven a entrecruzar y el viernes pasado fue ese día.

Después que Martín me acompañara al recital de Metallica, nos dimos un tiempo para reencontrarnos los tres y dar una revancha a nuestras anquilosadas neuronas para ver si todavía nos acordábamos de esos momentos. La ocasión ameritaba beber algo y jugar al pool.

Terminamos la noche en un bar de Palermo en el cuál era casi una utopía que los precios sean razonables teniendo en cuenta que el mismo estaba inmerso en una zona de bares totalmente abusivos.
En fin, terminamos tomando cerveza que venía en una suerte de tubo llamado misil. Dos litros de cerveza negra una clase de choppera que en el medio tenía un otro tubo metálico refrigerante que no refrigeraba nada.

En las diferentes conversaciones que tuvimos a veces ocurría que nuestra memoria nos jugaba malas pasadas y varias situaciones totalmente separadas en el tiempo (o peor aún, inconexas) se mezclaban formando un recuerdo o imagen nueva a lo cuál alguno de nosotros decía: «¿estás seguro que era así? me parece que era …». Entre las tantos recuerdos estaban: la sartén abollada de Jesús a la que todo el aceite se le acumulaba en un solo lugar y las milanesas se terminaban pegando y del ventilador de mesa Yelmo del año de ñaupa, que para hacerlo arrancar debíamos mover las aspas con la mano. Etcétera, etcétera.
Ahora se me viene a la mente la espantosa yerba mate «Lonjazo» que Jesús me hacía tomar; del albañil que convivió un par de semanas con nosotros mientras arreglaba la casa y que tipo 7 de la tarde se iba a cumbianchear al Club Villa Dora.

En fin, el reencuentro y la noche fue un éxito y gratificante.

Hasta dentro de cinco años (o menos).

Martín
Martín – Me gustan las porteñas y las venezolanas
Jesús
Jesús – ¿Y qué pasó con las santafesinas?
pool I
que se chupen la (bola) negra
pool IV
Usaré la técnica de «confusión» del Kana para ganar al pool
pool VII
¡Gilastrún, la bocha no dobla!
juego de la chapita
Juego de borrachos: meta la tapita de cerveza en el agujero moviendo una palanquita

Photobucket
Un misilazo

7 comentarios en “Fue un buen encuentro

  1. ¡Pero qué buenas fotos che!
    Tomo nota de esa cámara para mi próxima adquisición innecesaria 😀
    Lo de pelotudo te lo acepto, pero yo en ningún momento hice esos comentarios maradonianos que se me atribuyen en la tercer foto de la secuencia (acá entre nos, me complicás el levante, no sea cosa que mi nulo promedio empeore) 😀

  2. Bueno, ese modelo ya casi que no sale. Vas a tener que apuntar a su sucesora, la d3000. Pero lo que hace la diferencia, es el lente de 50 mm manual hecho en Japón que me quedó de mi Nikon F2 (año 1972). Un fierrazo. Se puede conseguir en algunos negocios de fotografía.
    Lo del comentario maradoniano, no lo voy a cambiar. Como dice el dicho: «nadie es profeta en su tierra»

  3. Kana tanto tiempo? al leer este post me sentí muy identificada porque ahora mismo en Posadas con casi 40 grados de calor todas las tardes me junto con una amiga para estudiar la materia más difícil de mi vida!! Obviamente tereré por medio pero que muchas veces no sacia ni hace desaparecer el calor. En fin son momentos por los cuales tiene que pasar un estudiante quiera o no… por suerte ya estoy en el último tramo…
    Ahhh excelente fotos las del pool…
    Te mando un saludo desde Misiones!!!

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