Este video dio vuelta al mundo y se viralizó como si fuera una novedad (que no lo es).
Akira Uchimura dio una muy buena explicación sobre el valor de limpieza en la cultura japonesa. No es algo loable sino que es parte de la vida de cada uno.
Sólo quería sumar mi pequeño aporte de la experiencia que tuve tanto de vacaciones como viviendo en aquel país.
Cada uno se hace cargo de la basura que genera
Recuerdo recorrer de punta a punta una avenida buscando un cesto de basura. Fue una pérdida de tiempo, me tuve que guardar el envoltorio de plástico en bolsillo y tirarlo en casa. Esto implica menos gasto del Estado en servicios de limpieza.
También recuerdo haber participado de barbacoas (estilo japo) en la playa y siempre íbamos con una buena cantidad de bolsas para después tirar todo y dejar todo igual que como llegamos.
Otros ejemplos:
Muchos jubilados en Japón, voluntariamente limpian los parques ñ. En las siguientes fotos se los ve haciendo el mantenimiento del Jardín Imperial, en Tokyo.


Así como los jubilados, hay gente que se reúne los fines de semana para limpiar el barrio donde viven. Es el caso de un amigo japonés que vive en Naha y participa en un grupo de limpieza. No solo se juntan para limpiar su barrio, sino que también es una forma de socializar y conocerse con los vecinos.



En estas latitudes (y me atrevería a decir nuestro continente), sentimos que la ciudad no nos pertenece, no es nuestra casa, sino que es un ser que atenta contra nosotros. Así que nuestra casa es lo que sucede puertas para adentro y los demás que se jodan.
Tal vez esa sea la razón por la que los colombianos, asombrados, veían cómo los japoneses limpiaban el estadio, que al fin y al cabo es el estadio de todos ya que todos disfrutaron de él.
Lamentablemente no sabemos o no podemos o -en el peor escenario- no queremos vivir en sociedad.
Ojalá, más pronto que tarde podamos copiarnos de los japoneses, no sólo en los hábitos de limpieza sino en algo más profundo que es la solidaridad y concepto de sociedad donde todos los ciudadanos somos iguales sin avivadas/pillerías.
Podemos empezar con algo sencillo y que no requiere tanto esfuerzo:
- no ensuciar nuestra ciudad: nuestra basura se tira en casa.
- que vuelva la materia de Educación Cívica en las escuelas.