La comuna de Providencia restringió el horario de venta de alcohol a las 2 de la mañana para bares y 3 de la mañana a boliches los fines de semana en ciertos barrios (Av. Manuel Montt, Av. Tobalaba, Bellavista y Santa Isabel). Si ya era no era fácil encontrar bares y pubs que estén hasta tarde, ahora se hace un poco más difícil.
Con una visión -tal vez- facilista que pone en evidencia más impericia que compromiso, se decidió restringir la venta de alcohol a las 2 como mucho en zonas que no solo son concurridas por locales sino por turistas. Como si eso fuera a solucionar los problemas. El delivery, el expendio ilegal de alcohol y las fiestas en lugares no habilitados se van a hacer moneda corriente.
Es que el problema de los excesos del alcohol no van a disminuir por aumentar el valor del mismo o restringir su venta. Lamentablemente hay otros problemas de base y de fondo que el Estado parece o no quiere ver.
Mientras tanto, la nueva normativa de la comuna me hace acordar al toque de queda impuesto en Santa Fe en Navidad o la del mono relojero en Provincia de Buenos Aires. El desenlace es bien conocido: no prosperaron.
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Un comentario en “El mono relojero de Providencia”